24.2.11

El idioma alemán gana terreno.

Del 21 al 23 de octubre del 2010 tuvo lugar la asamblea de otoño de la Deutsche Akademie für Sprache und Dichtung (Academia Alemana para la Lengua y la Poesía). La misma fue creada en el año 1949 para los 200 años del nacimiento del poeta germano Johann Wolfgang von Goethe, la Academia se encarga de la difusión, el análisis y la defensa de lengua y literatura de todo el ámbito germanoparlante, no sólo de la República Federal de Alemania.
La convocatoria de ese otoño fue el lema «Mi amado alemán» y durante ella se entregará el Premio Georg Büchner al escritor berlinés Reinhard Jirgl.
La nota que presento aquí es un pequeño resumen de una entrevista que realizó Deutsche Welle a Klaus Reichert, presidente de la Academia.
Deutsche Welle: La Academia Alemana para la Lengua y la Poesía debate actualmente acerca de la importancia del idioma alemán. ¿De qué temas trata exactamente?
Klaus Reichert: Hemos invitado, por ejemplo, a dos escritores que han tematizado el idioma. Uno es Günther Grass, quien ha publicado este año Grimms Wörter (Palabras de Grimm) y lleva el subtítulo «una declaración de amor». Es una declaración de amor a la lengua alemana, a los hermanos Grimm y, sobre todo, al diccionario del alemán que ellos editaron. El otro autor es Thomas Steinfeld, el director de la revista cultural del diario Süddeutsche Zeitung. Su libro se llama Sprachverführer (un juego de palabras: Sprach = lenguaje; Führer = guía, Verführer = seductor) y lleva el subtítulo: «el idioma alemán, lo que es, lo que puede».
Portada del último libro de Günther Grass, Grimms Wörter (Palabras de Grimm) A ambos autores les preocupa el rumor de que ya no se habla buen alemán. Síntomas son la paulatina desaparición del modo condicional, de las formas de pasado simple a favor de las del perfecto. El fenómeno se observa no sólo en los niveles culturales más bajos sino en toda la sociedad. Al respecto se pronuncian las más diversas agrupaciones: tanto las que se oponen a los anglicismos como las que no aceptan ningún tipo de préstamo léxico. Nosotros queremos dar la vuelta la la cuestión y hablar de la belleza y la riqueza del idioma alemán.
Es decir, ¿con su palabra clave «buen alemán» no quieren hacer alusión necesariamente a la corrección al hablar o al escribir?
No. La reforma ortográfica ha sido concluida y algunas reglas sin sentido han sido enmendadas por los lingüistas de la Academia Alemana. Este tema, del cual todos estamos cansados, ya está concluido.
Sus asambleas tienen lugar en Alemania – como esta vez en Darmstadt- y también en el extranjero; la última vez el encuentro fue en Estambul. ¿Qué resonancia tiene el idioma alemán, qué opina de su importancia internacional?
Hemos detectado un interés creciente en el lenguaje, en general y, en la literatura alemana actual. A veces se oye a políticos y a científicos decir que esta lengua desaparece, sin embargo hay países donde esto no ocurre. En países del antiguo bloque soviético como Polonia, Ucrania y Rusia hemos percibido un gran interés por este idioma y su literatura. En Estambul no ha sido diferente: hemos dado conferencias en cinco universidades y en los dos colegios alemanes que existen ahí, hemos tenido mucho público. Los cursos de los Institutos Goethe están siempre llenos y el interés en la literatura alemana es grande. Siempre volvemos con muchos contactos de gente que quiere informarse regularmente sobre el alemán.
"Los cursos del Instituto Goethe están siempre llenos" En su opinión, ¿el alemán es una lengua de renombre o es un idioma universal?
El alemán ya no es una lengua universal como lo era en el siglo XIX, cuando era la lengua de la ciencia; no obstante percibimos, también a través de nuestras conferencias en el extranjero, que este idioma va ganando terreno a pesar de que, en parte, algunos políticos minimizan su importancia.
Además, cada vez tenemos más brillantes escritores alemanes de origen turco, árabe, serbio, croata, español o italiano. Y cuando uno les pregunta el porqué de haberse decidido por el alemán responden: porque ofrece posibilidades que no existen en otros idiomas. Llama la atención que de los 20 autores nominados por el Premio Alemán del Libro, nueve tenían origen extranjero. Y el galardón se lo llevó Nadj Abonji, una serbo-húngara, que vive en Suiza. Este tipo de fenómenos nos muestra que las cosas están cambiando y que se puede aventurar el pronóstico de que a través de ello, el idioma alemán también cambiará: estos autores traen a nuestro idioma un bagaje adquirido en otros.
Autor: Klaus Gehrke/Mirra Banchón Editora: Emilia Rojas -
Fuente: elcastellano.org edición día 22 de octubre de 2010.
Luisem.-

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