Ante la disminución del número de hablantes de las lenguas indígenas vivas kiliwa, kumiai, cucapá y paipai de Baja California, registrada en los últimos censos de población, el INAH en Baja California lleva a cabo un proyecto de investigación sobre ellas, ya que en kumiai sólo es practicada por 36 personas.
El estudio, realizado por la lingüista Ana Daniela Leyva, del Centro Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)- BC, abarca las cuatro comunidades de habla kumiai en la entidad:
Se centra en documentar las características de los sonidos y las construcciones gramaticales de este idioma, antes de que se pierda, toda vez que el menor de sus hablantes tiene 40 años.
La especialista explicó que cuando una lengua no tiene hablantes maternos, es decir niños que la estén aprendiendo como primera habla, está condenada a desaparecer.
«Las lenguas son sistemas estructurados que se practican dentro de la sociedad, donde hay relaciones complejas; por otra parte los seres humanos somos cambiantes, es así que la realidad de las hablas indígenas es el constante cambio», indicó Ana Daniela Leyva.
Asimismo hizo referencia a que uno de los factores que orillan a la pérdida de estos esquemas de comunicación, es la presión social de quienes no son hablantes de idiomas maternos, a la cual son más vulnerables los jóvenes.
Por eso, indicó que una de las principales labores de los antropólogos y lingüistas debe estar dirigida a la concientización del no hablante y la difusión del valor de este patrimonio cultural inmaterial.
Al respecto, Leyva informó que el INAH colabora con el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI) en el registro y resguardo digital del kumiai.
Como parte de dicho proyecto, la lingüista realiza grabaciones en audio y video, que describen la práctica oral y gesticular de esta lengua, trabajo que lleva a cabo de manera paralela a su investigación.
«Aprovechando la tecnología, el INALI desarrolló ese proyecto a cargo de su especialista María Elena Ibáñez, a través del cual se grabarán un total de 20 horas de audio y video de excelente calidad, que nos permitirán dejar constancia de cómo se practica esta lengua».
Como dato interesante se puede agregar que Leyva recordó que en la época colonial el único testimonio que quedaba de las lenguas indígenas eran los documentos que creaban y/o guardaban los misioneros, en los que describieron cómo se pronunciaban y las reglas gramaticales. «Ahora con recursos como el video no sólo queda grabada la pronunciación, sino las gesticulaciones y movimientos corporales, un lenguaje que complementa al oral».
«Los indígenas prefirieron el uso del español sobre sus hablas materna, debido, tal vez, a la discriminación; ya que cuando una lengua tiene más prestigio sobre otra empieza a desplazarla, como ha pasado con el kumiai y las demás lenguas nativas» «De ahí la importancia de estudiarlas y documentarlas aprovechando las nuevas tecnologías, y estando aún vivos los últimos hablantes», detalló Leyva.
La especialista del Centro INAH-BC comentó que un indicativo de que una lengua está en proceso de pérdida, es cuando los jóvenes en las comunidades la entienden, pero no la producen; piensan en español y casi no hablan su idioma nativo, sus formas de comunicación son cortas, menos elaboradas, es decir que pierden su capacidad creativa de producir e innovar.
Sin embargo, advierte que si bien las hablas indígenas están dejando de usarse en la comunicación cotidiana, éstas han logrado conservarse en expresiones, como los cantos tradicionales.
La lingüista concluyó que el estudio de las lenguas indígenas, particularmente de sus fonemas, se puede tener un mejor conocimiento de cada comunidad, de su forma de pensamiento o el comportamiento cotidiano, «porque cada una es distinta y la forma en que cada una estructura al mundo también».
Luisem.-
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