18.3.16

El idioma valón de Bélgica.

Antes de que los idiomas francés y flamenco se impusieran como idiomas en Bélgica, existía ya el valón; una lengua mayoritaria en el sur del mencionado país, hoy, es hablada por tan solo el 10 % de la población en la misma región, a tal punto que está a punto de desaparecer.

Los orígenes del valón se remontan a la Edad Media, pero los estudiosos no pueden precisar el momento de su nacimiento porque durante siglos fue una lengua solo hablada, careciendo de escritura, por lo que no quedan por tanto pruebas de su antigüedad.

En el siglo XVI el idioma francés se impuso en Valonia: "Nobles y burgueses lo preferían, porque era lo que se hablaba en la corte y lo que, en consecuencia, podía acercarles a los favores del rey de Francia", indicó Sr. Baptiste Frankinet. Fue así como el valón quedó relegado a "idioma de la gente vulgar" e inició una decadencia de siglos.

En el XIX con la irrupción de las ideas del Romanticismo, que promovían la recuperación de las tradiciones y de la identidad nacional, experimentó una nueva, aunque breve, "edad de oro".

Se popularizó en ámbitos como en teatro costumbrista en valón, se escribió poesía e incluso ópera, que en algunos casos alcanzó gran éxito, "porque el público se reconocía en el habla de los personajes", rememoró Sr. Baptiste Frankinet.

Lamentablemente este esplendor duró poco: entrado el siglo XX, el valón desapareció de la vida pública, y quedó relegado a las áreas rurales.
"A principios del siglo XX, en las escuelas se castigaba a los niños por hablar valón, ya que se imponía hacerlo en francés parisino", dijo Sr. Baptiste Frankinet, de la Biblioteca de los Dialectos de Valonia.

"Se decía por aquel entonces que era un idioma de criadas y que, si se quería llegar a algo en la vida, había que aprender francés", continuó el experto, a su vez, precisó que el idioma valón es perteneciente al grupo de lenguas románicas septentrional, de la misma rama que el francés, y que se habla en las provincias del sur de Bélgica.

Lo triste es que los padres dejaron de dirigirse a sus hijos en la que era su lengua madre desde hacía siglos y se rompió la transmisión entre generaciones, acción clave para la supervivencia de cualquier idioma. Hace un siglo lo hablaba el 80% de la población y hoy apenas 200.000 personas lo conocen, esta afirmación es según estimaciones de la Biblioteca de los Dialectos de Valonia, ya que no existen estudios precisos al respecto.

"El problema es que muchos lo consideran inútil, y eso constituye un peligro para su supervivencia", "Los jóvenes no aprenden el valón de sus padres, que lo desconocen, sino de sus abuelos", señaló Frankinet, de 29 años.

En la actualidad, lo utilizan ancianos y gente del campo, porque en el marco rural, al contrario que en las ciudades, no hubo "estigmatización cultural".

Actualmente alrededor de 200 personas trabajan por la recuperación de la lengua: grupos de teatro, de música, escritores, hay cursos privados a los que asisten algunos centenares de alumnos, existe incluso una Wikipedia valona.

Sin embargo, éstas son iniciativas marginales, y la lengua sigue siendo muy minoritaria, reconoció Sr. Frankinet.

Por otra parte, La Biblioteca de los Dialectos de Valonia es hoy el último santuario del patrimonio lingüístico del sur de Bélgica, y al estar excluido de la enseñanza pública, el valón está "en grave riesgo" de desaparecer en un par de generaciones.

En su archivo se conservan 35.000 libros en valón, 200 revistas -actualmente siguen publicándose quince en esta lengua-, 500 documentos sonoros y audiovisuales, y carteles.

"Nuestro primer objetivo es conservar todo lo escrito en valón y en otros dialectos belgas", explicó Sr. Frankinet, "y el segundo, promoverlos", para lo que organizan excursiones de escuelas y actividades infantiles.

El Museo de la Vida Valona, en el que se integra la biblioteca, tiene 50.000 visitas anuales.

A la pregunta de si existe un lugar para el valón en el futuro, Frankinet responde: "Espero que sí, porque, como pasa con todos los idiomas, con él te expresas de una manera única, desde el corazón. Sería triste que desapareciese".

Al igual que valón, otros dialectos belgas se enfrentan a su posible extinción en unas pocas generaciones: el champañés, el picardo y el gaumés.
Fuente: elcastellano.org /// 19/10/2015 (José Miguel Vilar-Bou)

 Luisem.-

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