Isaac
Torres Cruz.-
"...Cuando
los españoles llegaron en el siglo XVI a la zona lacustre de
Mechuacan (lugar entre lagos), los pobladores locales, lejos de
conflagrar contra los nuevos ‘invasores’, los vieron como sus
aliados al haber derrocado al Imperio Azteca, por lo tanto los
locales pacíficamente regalaron a los españoles a sus hermanas como
obsequio para que viajaran con ellos en sus nuevas expediciones hacia
el sur del país; por lo cual cuando los españoles se despedían de
los pueblos purhépechas los nativos se despedían diciéndoles
‘Tatzikia tarhashkuecha’ que significaba ‘adiós cuñados...’
Por lo cual los españoles les decían los tarhashkuas o los
tarascos, porque al no entender el idioma de ellos solo escuchaban
que mencionaban esta palabra en repetidas ocasiones: ‘tarhashkua,
tarhashkua, tatzikia tarhashkua’”, suscribió, probablemente, el
franciscano fray Jerónimo de Alcalá en Relación de Michoacán...”
Esta
es una de las hipótesis sobre el origen del “apodo” puesto a los
Purépechas –que significa “lugar donde viven los p’urhé
(gente)”—, cuya cultura inició su desarrollo alrededor del año
1200 d.C., dentro del Posclásico. Pero esta referencia del imperio
que se expandió desde el estado de Michoacán hacia territorios
vecinos en su momento de esplendor, proporciona un guiño sobre su
característica lengua, única en Mesoamérica. Quizá esta sea una
de las características más simbólicas de esta cultura, junto con
el hecho de que fue una que permaneció al margen del yugo azteca.
Para
poder comprender aún más a las culturas prehispánicas se requiere
investigación arqueológica, pero también adentrarse a su lengua,
exploración que ha realizado Frida Villavicencio Zarza, coordinadora
del Laboratorio de Lengua y Cultura Víctor Franco (LLCVF) del Centro
de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social
(CIESAS), y quien se ha vuelto una de las mayores especialistas en
ésta temática.
Cuando
se adoptan las lenguas como objeto de estudio, señala en entrevista,
hay que conocer el marco teórico de cómo concebir el lenguaje y
entender lo que pasa con los hablantes, los cambios y variaciones que
se van teniendo. Posteriormente, el investigador se puede
especializar en uno, algunos lo hacen en el Español, Inglés, Griego
o Zapoteco. Ella eligió el Purépecha.
Cuando
empezó a trabajarlo en los ochenta era una lengua poco investigada
porque es muy sui generis, dice. “...En México hay mucha
tradición de estudios en Náhuatl y de su familia, así como en
lenguas Mayas. Pero con el Purépecha ha habido un boom en su estudio
y hoy en día pueden reconocerse a unas siete personas en el mundo de
alto nivel especializado en ésta lengua...”. “¡Siete!”,
parece muy poco, no obstante la especialista advierte que existen
otras lenguas que cuentan solo con uno, en contraste con las
“taquilleras” como el Náhuatl donde se tienen expertos en el de
tradición de la Colonia, el actual, del Alto Balsas y huastecas.
“...El
purépecha es más modesto, pero curiosamente tiene una tradición de
escritura...”. La investigadora del CIESAS, uno de los 27 centros
de investigación Conacyt del país, se especializó primero en los
estudios históricos dentro de la lingüística; su trabajo doctoral
fue sobre una consideración entre el Purépecha que se hablaba y que
está documentado en textos del siglo XVI. “En el actual vemos el
resultado de esos cinco siglos después”.
Pero
¿por qué sui generis?, ¿qué tiene de “extraño”? La
investigadora explica que esto se debe a que no se conoce con certeza
con qué otras lenguas está emparentada. El Otomí y el Mazahua lo
están, por ejemplo, como el Tzotzil, Tzeltal y el Maya, ó como el
Español, Portugués y Francés…
“...El
Purépecha siempre queda como una isla lingüística dentro del
panorama de Mesoamérica. No tenemos otras lengua con la que podamos
relacionarla: tiene una gramática muy especial que no vemos ni
observamos en otras lenguas de Mesoamérica...”
Uno
de los motivos que más le apasionan a la científica sobre esta
lengua es observar cómo va evolucionando y cambiando, “cómo
llegamos a tener el Purépecha que tenemos actualmente.
Otro
aspecto que recalca sobre ello es cómo los primeros lingüistas de
la lengua fueron los frailes misioneros que la describieron;
“...donde había humanistas que en el siglo XVI se interesaron por
una lengua tan extraña a su propia cultura e idioma, una tan
distinta al Español, Francés o Latín, pero que dejaron testimonio
de ella...”
El
Laboratorio de Lengua y Cultura Víctor Franco forma parte de los
laboratorios del CIESAS y en él participan lingüistas,
historiadores, antropólogos, comunicólogos, educadores, y otros
especialistas interesados, desde distintas ópticas, la relación
entre lengua y cultura. Su creación “...responde a necesidades
tanto de investigación como de recate y difusión del patrimonio
lingüístico y cultural del país, hasta ahora poco valorados y
atendidos...”, señala el portal web del laboratorio.
Uno
de los resultados de esta interacción es el desarrollo de materiales
multimedia para niños en un contexto de diversidad cultural y
lingüística, esto es para el aprendizaje y enseñanza de lenguas y
Español, así como de contenidos del plan de estudios educativos del
país, dichos materiales educativos se utilizan en diversas
comunidades del país y abarcan las casi 11 familias lingüísticas
prehispánicas del país; Incluido el Purépecha. “...Las lenguas
originarias tienen una historia, no empezaron a hablarse ayer...”,
señala y enfatiza la investigadora sobre la necesidad de estudiar y
entender la historia de estas lenguas, que solo sobrevivirán al
tiempo si existen niños que las hablen generación tras generación.
Para
enfatizarlo, recurre de nuevo a su objeto de estudio. “...Estos
hablantes tienen raíces profundas, ya hablaban Purépecha antes de
la llegada de los españoles, son siglos de historia que sería
interesante hacérselo llegar a los niños para que echaran más
raíces. Hay que cuidar las lenguas, entender que son muy antiguas,
parte de nuestro origen está ahí y que es una riqueza que todos
debemos de cuidar...”
Fuente:
elcastellano.org ///
Fuente
Imágenes: www.historiacultural.com
Luisem.-
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