Intentar ponerle fecha y lugar de nacimiento al idioma castellano ha sido uno de los mayores desafíos para los lingüistas; que hasta ahora, lo situaban como su origen en las Glosas Silenses o Emilianenses, textos escritos en los márgenes de obras redactadas en latín, y que se guardaron desde el siglo XI en que fueron escritas en los monasterios de Santo Domingo de Silos (silenses) y San Millán de la Cogolla (emilianenses). Pero un estudio del Instituto de la Lengua de Castilla y León dirigido por Gonzalo Santonja, adelanta las primeras palabras del español más de un siglo.
Santonja avanzó algunos de sus descubrimientos que señalan a los Cartularios de Valpuesta como la expresión escrita más antigua del castellano, que dataría del siglo IX. Aunque habitualmente se utiliza la denominación de cartulario para un documento escrito por dos o tres personas a lo largo del tiempo, en este caso se trata de un compendio de documentos. El director del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua (ILCYL) se ha mostrado «muy satisfecho» por el resultado del estudio, dada la dificultad de analizar este compendio de documentos que fueron agrupados por un clérigo del santuario de Valpuesta con todos los textos que iba encontrando, y que se guardaban desde dos siglos antes en el norte de la provincia de Burgos - España.
La complejidad del estudio estriba en que se trata de escritos realizados durante diferentes momentos, y por más de una treintena de personas, lo que ha hecho «muy difícil identificar la mano» que elaboró cada uno de estos textos y el momento en el que se fueron modificando. Santonja insistió en que no se trata del origen del español, sino del registro escrito más antiguo que se conoce hasta ahora «porque el español nació en la calle, no en un monasterio ni debajo de ninguna piedra» Aseguró.
Para este experto, los «localismos» que pretenden vincular el nacimiento del idioma a un monasterio concreto son «patochadas». «Las lenguas son del pueblo y es paradójico que haya quien diga que todas nacen en la calle y luego afirmen que el español nació en tal o cual monasterio», aseguró. Uno de los trabajos realizados por el Instituto, inaugurado hace nueve años pero con sólo dos de funcionamiento, está relacionado también con el surgimiento de las lenguas romances. Para Santonja resulta decisivo el descubrimiento de la importancia de las pizarras visigóticas, que permiten entender «la disolución del latín y la formación de las nuevas estructuras prerromances».
Aunque podría cambiar si se prueban las conclusiones de este reciente estudio dirigido por Gonzalo Santonja, hasta la actualidad se apuntaba a las glosas como el texto fundacional del castellano. Dichas glosas tenían una finalidad explicativa y buscaban aclarar el significado de algunos pasajes de textos latinos, como el Códice Aemilianensis, a través de los cuales los monjes pretendían acercar al pueblo llano la lengua que éste ya hablaba: el español. Las glosas emilianenses se guardaban en San Millán de la Cogolla , en La Rioja –España-, por entonces parte del Reino de Navarra, lo que las convirtió en excepcionales, ya que contenían apuntes en castellano, euskera y latín.
Fuente: elcastellano.org – Edición digital 28/12/2009.
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