El
idioma materno nunca se olvida, por más que una persona haya dejado
de hablarlo tempranamente en su vida para adoptar otro, e incluso
podría influir en cómo se procesan los sonidos de otras lenguas; un
nuevo estudio publicado recientemente en la revista científica
Nature Communications, daría crédito a ello.
El
estudio, realizado por investigadores de la Universidad McGill de la
ciudad de Montreal (Canadá), abre una puerta al entendimiento de
cómo funciona la "plasticidad" cerebral, o cómo el
cerebro desarrolla sus conexiones, y podría dar pie al desarrollo de
métodos educativos más efectivos para hablantes de distintos
idiomas, explicó la institución en un comunicado.
Esta
nueva investigación agrega otro ángulo al entendimiento de cómo el
bilingüismo funciona en el cerebro; es sabido de los beneficios del
bilingüismo, confirmados por múltiples investigaciones,
especialmente cuando la adquisición de esos idiomas comienza desde
temprana edad.
Por
ejemplo, para los hispanos que hacen su vida en Estados Unidos,
crecer entre los idiomas inglés y español -entre otros idiomas-
puede derivar grandes oportunidades educativas y laborales.
Ser
bilingüe supone una ventaja para la capacidad cognitiva del cerebro,
la misma que juega a favor de quienes buscan ejercitarlo para mejorar
importantes actividades como la memoria y la atención, aquellas
personas bilingües también practican constantemente la flexibilidad
cognitiva al decidir cuál lengua hablar y cuál suprimir de acuerdo
con el contexto en que se encuentran, habilidades que también
aplican a la capacidad para adaptarse a cambios de manera fácil y
procesar información de un modo eficiente.
La
investigación incluyó y sometió a tres distintos grupos de niños,
entre los 10 y 17 años de edad, a resonancias magnéticas
funcionales (FMRI, por sus siglas en inglés) mientras escuchaban
palabras inventadas que sonaban a francés, como "vapagne"
o "chansette".
El
primer grupo era de niños nacidos y criados en hogares
francohablantes. El segundo estaba compuesto por niños chinos
adoptados antes de los tres años de edad- por una familia
francohablante, que dejaron de hablar chino y sólo hablaban francés.
El tercer grupo era de niños bilingües en chino y francés.
En
los cerebros de los niños exclusivamente francohablantes, las partes
involucradas en el procesamiento de los sonidos asociados al lenguaje
se activaron, mientras que en los otros dos grupos de niños
expuestos al chino se activaron esas partes, y otras más, como las
asociadas a la memoria y a la atención general.
Además,
los científicos observaron que los niños chinos que fueron
adoptados por familias francesas y que ya no hablan chino, que al
momento del estudio eran monolingües, procesaban el lenguaje de una
manera similar que los niños bilingües.
"Durante
el primer año de vida, y como un primer paso en el desarrollo del
lenguaje, los cerebros infantiles están altamente afinados para
recoger y almacenar información sobre los sonidos que son relevantes
e importantes para el idioma que escuchan a su alrededor", dijo
una de las investigadoras, estudiante de doctorado Sra. Lara Pierce.
"Estos
resultados sugieren que los niños expuestos al idioma chino como
infantes procesan el idioma francés de una manera distinta a los
niños que sólo hablan el idioma francés", agregó Sra.
Pierce.
Los
investigadores creen que los hallazgos de esta investigación
demuestran la influencia del lenguaje materno en el desarrollo
cerebral, y la capacidad del cerebro de adaptarse a nuevos idiomas.
Fuente:
elcastellano.org 19/12/2015.
No hay comentarios:
Publicar un comentario