18.8.15

El idioma silbado de Gomera, Islas Canarias, es nombrado Patrimonio de la Humanidad.



Como su propio nombre lo indica, el silbo es una forma silbada de codificación del lenguaje hablado que sirve para comunicarse a larga distancia, aprovechando las condiciones geográficas de la isla de Gomera; con condiciones favorables de viento y demás, un mensaje silbado puede recorrer una distancia de 3 ó 4 kilómetros y, teniendo en cuenta que Gomera no supera los 25 kilómetros de longitud, no sería difícil hacer llegar mensajes a la otra punta de la misma isla, aunque en el proceso pase de boca en boca alrededor de media docena de veces.
Al igual que con la voz, el silbo de cada persona es diferente y característico, tanto por el sonido como por la forma de colocar las manos, permitiendo a los silbadores reconocerse entre sí, incluso a kilómetros de distancia. Una “conversación” consiste en la alternancia continua entre un silbador y otro porque es necesario confirmar la recepción y comprensión de cada mensaje para continuar el hilo o repetir lo que no se haya entendido.
Este mecanismo resulta más complejo cuando el lenguaje adapta las 5 vocales del español y sus 22 consonantes a 2 vocales y 4 consonantes, lo que provoca mucha ambigüedad y hace que el contexto cobre una especial importancia para interpretar todo correctamente.
Se estima que el silbo gomero está emparentado con los antiguos pobladores beréberes de las Canarias, anteriores al período de la conquista hispánica donde se introduce el idioma español; la particularidad del silbo, es que a los oídos suena como un canto de pájaros y nos resulta ajena e inentendible, pero nos es más que sistema en que resulta adaptable al lenguaje que sea: guanche, español, inglés…, lo que, para los lingüistas, convierte al silbo en algo apasionante es que empezó siendo considerada como una serie de sonidos estándar con un significado predeterminado para que los pastores se comunicaran entre sí, mientras que hoy en día, es considerado ya por muchos un lenguaje independiente y característico canario.
Su gran valor lingüístico y cultural, durante la segunda década del siglo XX conllevó un importante cambio en la forma de vida gomera, afectando negativamente al silbo (que estuvo cerca de desaparecer), obligando al gobierno de la isla a afrontar el problema, para ello se introdujo al en las enseñanzas obligatorias de primaria y secundaria, lo que permite a jóvenes y no tan jóvenes de hoy realizar demostraciones a los visitantes y hacerlos partícipes de una experiencia tan especial, como parte de una cultura quizás no muy extensa en el tiempo, pero sí muy rica.
Los esfuerzos por mantener el silbo vivo es diaria y el hecho de incluirlo en las enseñanzas obligatorias ha resultado un importante empuje, pero la gran mayoría de alumnos que terminan sus estudios no encuentran una forma de hacer rentable su capacidad y acaban dedicándose a otras cosas en su vida profesional, puede que llegando a olvidar lo aprendido.
Existen silbadores y silbadoras profesionales que realizan demostraciones de una hora para turistas, normalmente en hoteles y restaurantes, en las que presentan sus habilidades e incluso buscan intentar silbar un mensaje sencillo a los turistas.
En la actualidad oír el silbo Gomero por la calle es algo habitual, ya que muchos de sus habitantes lo usan para saludarse de una forma diferente o incluso para pedir unas cañas sin falta de levantarse o alzar la voz, muchos habitantes sostienen que mientras este silbo sea útil para comunicarse, seguiremos oyéndolo en las calles de La Gomera.
El silbo de la Gomera no es el único existente en el mundo, también se encuentran en zonas de  África, México, Turquía; pero lo que se da en la Gomera resalta en una faceta muy poco habitual: el denominado silbo, es declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad hace algo más de 5 años.
Fuente: www.elcastellano.org – Artículo del día 21 de diciembre de 2014.
Luis EMH

No hay comentarios:

Publicar un comentario